Llevo escribiendo mucho, mucho tiempo, pero por el bien de todos (y en especial del mío) esas historias jamás verán la luz.
Mi punto de inflexión como autora fue en 2020, cuando empecé a pensar que, a lo mejor, lo de escribir se me daba lo suficientemente bien como para plantearme intentar ser profesional.
Aún estoy en ello.