Morgan se ha apuntado voluntaria como guardiana, y, aunque sabía lo que implicaba para ella, no esperaba que implicara tanto. Una mansión llena de libros, un bosque lleno de monstruos y un grupo lleno de bestias humanas convencidas de que hay libros que es mejor quemar. Un relato sobre la importancia de cuidar de la ficción, una carta de amor a la literatura, y una oda a Ray Bradbury, a lo que más amaba, los libros, y a lo que más temía: el fuego.