Cierra los ojos, y en la oscuridad, la mirada muerta de Cassidy se clava en la suya. Vacía, inescrutable. La sangre mana de su cuello, y las monedas de oro relucen bajo la luz de la luna, incluso si Jebediah no le encontró así, con la bolsa de monedas alrededor del cuello. ¿En qué estaría pensando cuando murió? ¿Pensaría en él, aunque fuera por una milésima de segundo? Lo que daría por saberlo… Lo que daría.